Ayer la mayoría de la gente se quedó por el centro dando una vuelta y tomando copas, pero yo me volví al hotel con Pablo y Rocio (nos llevó en taxi el primo de Fernando Alonso... toda una experiencia...).
El calor que hace aqui no es normal... a las doce de la noche, llevas toda la ropa pegada, el pelo mojado y la cara humeda... Uuuuuf!!!. No puedo soportarlo...!!!.
Por la mañana habíamos quedado para ir a visitar Estambul, algunos se hicieron los "remolones" pero... al final conseguimos salir del Hotel y montarnos en un taxi (éste era primo de Carlos Sainz...).
No os podéis hacer una idea de lo que es... estar al sol aqui... Me muero de calor!!!. Casi no puedo respirar... tengo la tensión por los suelos... y... toda la ropa empapada... Grrrrrrrrrrrrr... Que mal!!!.
Llegamos al Palacio de Topkapi... y es cierto que impresiona. A mi me impresionó por tres razones: Por el Palacio, por los jardines y... por las pedazo de colas que había que hacer bajo el sol.
Lo primero que visitamos fue el Harem. Está dentro del Palacio, pero como has de pagar, de nuevo, para poder entrar... la fila de gente era menor y allí que nos fuimos.
En el Harem, era donde vivían las mujeres y concubinas del sultán. Y... allí estabamos las tres lunáticas, visitandolo con nuestro "Sultán Alberto".
Con su techo, su aire acondicionado, sus calles amplias, los oficios bien repartidos, sus tenderos que te lanzan piropos... Mola!!!.
Continuamos descubriendo la ciudad paso a paso... hasta por la tarde. Habíamos quedado con todos los Xplores en el hotel, porque.... ya habíamos llegado casi todos. (Faltan el equipo de los chicos de León, que se han quedado con el coche roto entre Grecia y Croacia... pobres....).
Menudo mérito... ahora en frio lo piensas y... MENUDO PALIZÓN NOS HEMOS DADO y QUE GRAN AVENTURA!!!.
Antes de cenar nos tenían preparado un baile típico turco: LA DANZA SUFÍ DE LOS DERVICHES TURCOS.
Después de cenar, muchos se fueron al centro a tomar una copa... pero... yo no me encuentro bien... y me fui a la cama, (os prometo que disimulo la sonrisa, porque no puedo con mi alma... me duelen todos los huesos de mi cuerpo!!!.).
Me gustó muchísimo volver a ver esta danza (la había visto bailar antes en Egipto con mi padre, me impactó mucho en ese momento y esta vez... también. Será que estoy "blandita" y todo me afecta... jajajjajaa!).
Os dejo aqui la historia de esta danza, porque... es preciosa y creo que os va a gustar. Un poco larga, pero curiosa...
Un cuento sufí del siglo XIII narra que, en una ocasión, un sabio manifestó que "la música es el chirrido de las Puertas del Paraíso".
Una persona cerrada de mente contestó: "No me gustan los chirridos de las puertas", a lo que el sabio respondió. "Oigo las puertas cuando se abren, pero tú las oyes cuando se cierran".
El sufismo es una corriente mística del Islam, que engloba a unos 50 millones de personas de todo el mundo. Su propósito es inspirar una unión entre los seres humanos y Dios, mediante la elevación del alma a unos estadios más avanzados de conciencia. Además de esta faceta espiritual, el sufismo ha dado lugar una rica cultura, en forma de música y poesía, que se ha desarrollado en diferentes ámbitos y países, siendo especialmente destacables a este respecto los ejemplos de Turquía, Pakistán y Senegal.
Esto se explica por el hecho de que la expresión emocional de la fe se intensifica no sólo a través de la meditación, sino también mediante técnicas artísticas como la música, la poesía y la danza.
La mayoría de los sufíes están organizados en tariqas u órdenes, que han creado elaborados rituales de recitación, que incluyen danzas destinadas a generar estados místicos que faciliten el camino de los iniciados (muridin) hacia la unión con Dios.
Los sufíes más conocidos a nivel internacional son, sin embargo, los derviches de la Orden Mevlevi, que son famosos por sus danzas giratorias que realizan con el acompañamiento de poesía cantada del Mathnawi, la obra de uno de los más importantes sabios sufíes de todos los tiempos.
Rumi pasó a ser conocido con el nombre de Mevlana (maestro) por sus seguidores porque les enseñó un método de perfeccionamiento espiritual. Este método incluye tres elementos que trascienden las barreras de la comunicación humana: la música, la poesía y el recuerdo.
La combinación de estos tres aspectos tiene lugar en la ceremonia de la danza giratoria (Sema).
La Sema, compuesta por siete partes, representa el viaje místico de un individuo hacia Dios. La ceremonia intenta reflejar la naturaleza giratoria de todo lo que se encuentra en la naturaleza, desde las galaxias a los átomos.
Mediante la Sema el sufí llega al conocimiento de la Verdad, lucha contra su ego y abraza la perfección. Cuando regresa de su viaje espiritual, lo hace como alguien que aspira a servir con amor y entrega a toda la creación.
En lo que se refiere a las largas ropas blancas que los derviches llevan en la Sema, éstas representan mortajas para el ego; los largos gorros en forma cónica simbolizan tumbas de piedra para ese mismo ego. Durante la danza mística, que puede durar horas, el derviche mantiene el brazo derecho levantado para recibir simbólicamente las bendiciones y energía de lo alto, mientras que el izquierdo está inclinado hacia abajo con el fin de derramar las bendiciones recibidas sobre la tierra.
Los derviches forman un círculo y cada uno de ellos se mueve en armonía al ritmo de la música, aumentando lentamente la velocidad e intensidad de los movimientos hasta que todo termina en una cumbre de exaltación espiritual.
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